En una entrada anterior, les compartí mi entusiasmo por participar por primera vez en el NaNoWriMo 2024. Este evento, que reúne a escritores de todo el mundo durante el mes de noviembre, tiene como objetivo escribir al menos 50,000 palabras en 30 días. Una meta desafiante pero profundamente emocionante. Ahora que el mes ha terminado, quiero tomarme un momento para reflexionar sobre esta increíble experiencia y compartir con ustedes todo lo que aprendí, las dificultades que superé y las lecciones que me llevo para seguir creciendo como escritora.
Participar en este desafío fue mucho más que simplemente escribir todos los días; fue una oportunidad para explorar mi potencial, fortalecer mi disciplina y probarme a mí misma que puedo lograr lo que me propongo, incluso en circunstancias que a veces parecían adversas. Cada día trajo consigo una pequeña enseñanza que, al final del mes, se transformó en una serie de valiosas lecciones que planeo aplicar en mi vida y en mi proceso creativo. Aquí quiero compartir con ustedes algunos de los aspectos más importantes de esta experiencia:
1. Logré y superé la meta: una satisfacción indescriptible
Mi objetivo inicial era escribir las 50,000 palabras requeridas por el NaNoWriMo, pero para mi sorpresa, no solo alcancé esta meta, sino que la superé al llegar a las 55,913 palabras. Este logro me llenó de satisfacción, no solo porque cumplí con el reto, sino porque fue un recordatorio poderoso de que soy capaz de alcanzar cualquier objetivo que me proponga con esfuerzo y determinación. Superar las expectativas que tenía al inicio del mes me dio una inyección de confianza que llevaré conmigo a futuros proyectos.
2. Mi meta diaria personalizada fue clave para el éxito
El NaNoWriMo recomienda escribir un mínimo de 1,667 palabras al día para alcanzar las 50,000 al finalizar el mes. Sin embargo, yo decidí establecer mi propia meta diaria de al menos 1,700 palabras, como una forma de darme un margen adicional. Esto me permitió cruzar el umbral con mayor comodidad e incluso llegar, en algunos días, a casi 2,000 palabras. Descubrí que completar una escena por día me ayudaba a mantener el ritmo, evitando cortar en puntos importantes. Este enfoque no solo me ayudó a cumplir con mis palabras, sino que me permitió disfrutar más del proceso creativo.
3. Aprender a escribir sin editar fue un gran desafío
Uno de mis hábitos más arraigados como escritora es editar mientras escribo, una práctica que suelo seguir casi por instinto. Sin embargo, en el NaNoWriMo, el enfoque está en avanzar, en escribir sin detenerse a corregir cada detalle. Admito que esto fue algo que me costó muchísimo al principio, pero poco a poco aprendí a dejar la edición para después. Aunque esta manía sigue presente, logré avanzar más rápido de lo que esperaba. Ahora me espera un mes intenso de edición, y estoy ansiosa por ver cómo se transforman las palabras que escribí en este proceso.
4. La disciplina diaria fue mi mejor aliada
Desde el primer día, me comprometí a no acostarme sin haber alcanzado mi meta diaria. Sabía que si me permitía retrasarme, recuperarme luego sería más difícil y mi motivación podría decaer. Esta constancia fue fundamental para mantenerme en el camino hacia el objetivo final. Aprendí que la disciplina es una herramienta indispensable para cualquier escritor, y este hábito será algo que intentaré conservar más allá del NaNoWriMo.
5. La importancia de planificar antes de empezar
Algo que me ayudó enormemente fue tener un plan claro desde el principio. Antes de que comenzara el NaNoWriMo, ya había trazado un mapa de las escenas que quería escribir. Esto me permitió evitar bloqueos creativos, ya que siempre sabía qué debía suceder en cada parte de la historia. El verdadero reto no fue la inspiración, sino encontrar tiempo para cumplir con mis palabras. Escribir principalmente por las noches, después de terminar con mis otras responsabilidades, se convirtió en mi rutina diaria.
6. Enfrentar el agotamiento fue una prueba de fuego
Hasta el día 12, todo marchó sobre ruedas. Pero a partir de ese punto, empecé a sentir el desgaste físico y mental que representa escribir todos los días sin descanso. Habitualmente no escribo de forma diaria, por lo que mantener este ritmo constante fue un gran desafío. Sin embargo, el compromiso conmigo misma y con mi meta me ayudaron a superar el cansancio y seguir adelante. Esta experiencia me enseñó que la resistencia también forma parte del proceso creativo.
7. Los buddies: una compañía silenciosa pero motivadora
Aunque no interactué mucho con los tres compañeros de escritura (o buddies) que agregué en la plataforma del NaNoWriMo, me motivaba ver sus avances. Uno de ellos logró completar la meta antes de tiempo, otro al final de noviembre, mientras que otro se quedó en el 60%. Esto me hizo reflexionar sobre lo difícil que puede ser para quienes no nos dedicamos exclusivamente a escribir encontrar el tiempo necesario para avanzar. Aunque no hablé directamente con ellos, sentí que estábamos conectados de alguna manera.
8. Registrar el avance diario: un hábito que aprendí sobre la marcha
Al principio, me costaba recordar registrar mis palabras en la plataforma del NaNoWriMo. Hubo dos ocasiones en las que tuve que levantarme de la cama para hacerlo, pero entendí que llevar este registro es esencial para monitorear mi progreso y mantenerme motivada. Incluso comencé a compartir mis avances diarios en redes sociales, algo que me dio un pequeño empujón extra para mantenerme constante.
9. La comunidad: una red de apoyo inesperada
Aunque solo pude conectarme brevemente a algunos eventos organizados por el NaNoWriMo, descubrí que ser parte de esta comunidad hace que la experiencia sea menos solitaria. Saber que miles de personas están enfrentando el mismo reto al mismo tiempo crea un sentido de compañerismo y motivación colectiva que me encantó.
10. Grandes lecciones para el futuro
De esta experiencia me llevo dos aprendizajes fundamentales:
- Con disciplina y organización, cualquier meta es posible. Participar en el NaNoWriMo me mostró que, con suficiente perseverancia y estrategias adecuadas, puedo superar incluso los retos más difíciles.
- La escritura requiere constancia y compromiso. A veces implica sacrificios, pero si realmente lo deseas, todo esfuerzo vale la pena. Esto me anima a crear metas de escritura más regulares, ajustadas a mi disponibilidad de tiempo y a mis propios ritmos.
Participar en el NaNoWriMo 2024 fue una experiencia inolvidable que no solo me permitió avanzar en mi novela, sino también aprender más sobre mí misma como escritora. Sin duda, estoy emocionada por participar nuevamente, tanto en el evento de noviembre del próximo año como en los Camp NaNoWriMo de abril y julio, que ofrecen mayor flexibilidad.
¿Y ustedes? ¿Se animarían a sumarse a un desafío como este? ¡Espero sus comentarios!
Mary Heathcliff
Escritora de Novela Romántica