Hoy quiero tomarme un momento para abordar un tema que surge con frecuencia en conversaciones y comentarios acerca de mis novelas. A menudo, se asume que las historias que escribo están profundamente entrelazadas con mi vida personal, mi personalidad, mis experiencias y mi visión del mundo. Sin embargo, quiero dejar en claro que mis novelas son puras ficciones que nacen de mundos completamente imaginarios y no tienen relación alguna con mi persona.
Como escritora, mi labor consiste en crear personajes, escenarios y tramas que sean tan convincentes y emotivos que los lectores se pierdan en ellos. Mi objetivo es transportarlos a realidades diferentes, ofrecerles un escape, y hacerlos soñar con historias que, aunque pueden sentirse reales, no tienen base en mi vida personal ni mi filosofía de vida. Las emociones, los conflictos y los triunfos que mis personajes experimentan son fruto de la creatividad y la ficción, no de mis propias vivencias.
Es crucial entender que el acto de escribir es una forma de arte que, como cualquier otra, no necesariamente refleja la vida del artista. Al igual que un pintor puede retratar paisajes que nunca ha visto o un actor puede interpretar papeles que no tienen nada que ver con su personalidad, yo escribo historias que no son un reflejo de mi ser ni mi pensamiento.
Es un privilegio tener lectores tan dedicados y apasionados. Mi compromiso es seguir creando mundos de ensueño y personajes inolvidables, sabiendo que ustedes disfrutan de cada página sin la necesidad de buscar reflejos de la escritora detrás de ellas.
Mary Heathcliff
Escritora de Novela Romántica
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