Es asombroso cómo la vida nos va llevando por los caminos más insospechados sin pedirnos permiso siquiera para cambiar nuestros planes.
Hoy Facebook me notificó que llevo 35 semanas sin publicar nada en mi página, y que si no hago algo al respecto, la eliminará.
Pensarán que estas dos frases no tienen ninguna relación. Pero la tienen toda.
Hace 35 semanas les anuncié con mucha alegría que por fin había terminado mi doctorado y que mi vida volvía a ser mía, que tenía mi tiempo de nuevo para mí, para dedicarlo a lo que yo quisiera, a lo que era mi pasión: escribir. Hasta les prometí pronto una nueva novela y me atreví a decir que saldría pronto: hice planes para la materialización de una idea que estuvo rondando en mi mente durante muchos meses: tenía todo, nada podía fallar.
Pero cuando una profesión como la escritura es tan elitista y no te permite vivir de ella, no queda más remedio que buscar trabajo y combinar las actividades. El verdadero problema surge cuando encuentras un trabajo tan demandante que te es imposible combinar labores. Y el problema crece cuando de un momento a otro debes irte de tu país a comenzar de nuevo en otra parte.
Eso me pasó a mí. A pesar de que todos mis planes estaban muy bien trazados, no se pudieron realizar. La historia es demasiado larga, como mis novelas, pero demasiado aburrida, distinto de mis novelas; por esto último es mejor no contarla. Solo basta con decir que ahora vivo como extranjera en una tierra que me a recibido muy bien, en una labor que me da crecimiento en mi profesión; ambas cosas me agradan, pero vuelvo al mismo problema de siempre, no hay tiempo para hacer lo que me gusta.
Tenían que pasar 35 semanas y una amenaza de pérdida de página de Facebook para que por fin viera la realidad, una realidad que me había negado a ver durante esas 35 semanas: que mi vida ya no es igual a la que era cuando escribía y que muy seguramente no será igual. Por más que me esforcé por regresar a ella, no me es posible, al parecer soy esclava del destino.
Les había prometido una nueva novela. Llegará, sé que llegará, pero no sé cuándo. Lo siento. Quisiera yo misma saberlo, pero no puedo prometer un día exacto. Solo sé que lo haré porque escribir es parte de mi misma esencia: si no escribo no soy yo.
No puedo pedirles que sigan ahí: con tanto talento, tantas autoras nuevas y además las de siempre. Solo espero que no me olviden y que haya un poco de tiempo para mis historias cuando ellas por fin lleguen.
Un abrazo.
Te recuerdo con mucho cariño, querida Mary, claro que acá estaremos :3
ResponderEliminarQue todo vaya resolviéndose a favor. Te mando un fuerte abrazo desde México.
Querida Athena,
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Un abrazo.