En el universo de las palabras, me siento como una arquitecta de mundos, construyendo universos enteros con solo un teclado y mi imaginación. Pero quiero ser clara desde el principio: lo que escribo es ficción. Mi propósito es transportarte a lugares donde lo imposible es posible, donde los héroes existen y las aventuras no tienen fin. Pero, al final del día, cuando el libro se cierra, volvemos todos a la realidad.
Mi intención nunca es representar la vida real ni tratar de enseñar lecciones morales o éticas. No soy una filósofa, ni una gurú espiritual. Soy escritora, y mi trabajo es contar historias que te hagan soñar, llorar y olvidarte, aunque sea por un momento, del mundo cotidiano. Sé que algunas personas buscan mensajes profundos o significados ocultos en la literatura, pero esa no es mi intención. Prefiero centrarme en la magia del relato, en el arte de la narración, y en la alegría que trae el entretenimiento.
Cuando empiezas a leer uno de mis libros, quiero que te sientas como si estuvieras abriendo una puerta hacia un mundo totalmente diferente, un lugar donde puedes ser quien quieras ser y vivir aventuras que, en la vida real, probablemente nunca experimentarías. Quiero que mis personajes te acompañen durante el viaje y que, al cerrar el libro, tengas esa sensación de satisfacción que solo una buena historia puede ofrecer.
Pero, y esto es importante, una vez que terminas de leer, la vida sigue su curso normal. La realidad vuelve con todas sus preocupaciones, alegrías y desafíos. Mis libros no pretenden ser guías para la vida ni plantear reflexiones de vida o de superación. Solo quiero que disfrutes el tiempo que pasas entre sus páginas, sin expectativas ni lecciones implícitas.
Como escritora, disfruto creando estos mundos, y espero que tú disfrutes explorándolos. Si te llevo a lugares que te emocionan, he hecho mi trabajo. Y si, después de todo, cierras el libro y regresas a tu vida con una pizca de alegría o inspiración, entonces he cumplido mi propósito.
Así que, abre el libro, sumérgete en la historia, déjate llevar por la imaginación. Pero recuerda: cuando el libro se cierra, la vida normal está esperando. Y eso está bien, porque siempre habrá otro libro, otra historia y otra aventura esperándote.
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